viernes, 4 de diciembre de 2015

La mejor compañía, Navidad NYC

Amo viajar desde que tengo uso de razón. Recuerdo insistir constantemente por ese viaje a la playa, al parque, al circo, o a cualquier lugar que implicara estar fuera de casa. Es que viajar siempre debe de ser sinónimo de diversión, curiosidad por experimentar nuevas emociones, encontrarse de frente con lugares que te quitan el aliento y por supuesto coincidir con tantas personas que a la postre pueden convertirse en  amigos del camino. No cabe duda que complementarlo con alguien especial e idóneo siempre redundará en un viaje inolvidable. Esto no siempre es fácil de obtener pues debe de ser un personaje incansable, alegre, creativo y con un gran sentido del humor. Básicamente mi hija. Aún recuerdo la Navidad del año 2009 cuando intrépidas y muy seguras de soportar el frío invernal de la ciudad de Nueva York, salimos por alguna puerta alterna de la Penn Station y nos reímos a carcajadas al vernos totalmente extraviadas. Sin embargo, he de decir que ella posee un sentido de la orientación envidiable y en cuestión de segundos ya tenía muy bien ubicada la calle del hotel. El frío nos congelaba las entrañas mas la curiosidad y el deseo de aventurarnos fue superior para enfrentar la gélida noche. Desde la ventana de la habitación divisamos tintineantes luces de una feria cercana así que en minutos ya estábamos instaladas en el mercadito navideño  y recorriendo los alrededores.  Poco tiempo nos duró la aventura  ya que el  penetrante álgido hizo que retrocediéramos velozmente en busca de calor y protección.
En Navidad, la ciudad de Nueva York  se viste de un brillo y una luz muy especial. Cánticos navideños y mucho color en las calles y tiendas le dan un toque mágico al recorrido. Sin embargo, el ingrediente esencial se lo brinda únicamente la calidez de una persona sencilla pero al mismo tiempo audaz que siempre me acompaña y cuya conversación es invariablemente inteligente y oportuna. Es imprescindible traerse siempre plasmados los mejores momentos del viaje, no sea que la memoria te falle y llegués a olvidar detalles que te hicieron reír y vibrar de emoción.   Esa es otra de las cualidades primordiales que ella posee. Creo que el 99 por ciento de las fotografías mejor captadas y más hermosas que he compartido en el blog, han sido tomadas por ella.  Localiza con gran genialidad los lugares y espacios más relevantes dándoles vida y movimiento de manera única.  Aún no entiendo cómo lo hace, pero siempre me asombra con esa agudez que la caracteriza.
Son muchos los viajes que hemos compartido y muchas las vivencias que hemos experimentado juntas;  creo que las dos conectamos porque en esencia ambas tenemos alma de viajeras. Más allá de cualquier razonamiento que pueda plantearse, ella es a ciencia cierta la mejor compañía de viaje. Y como dijo muy acertadamente el aventurero escritor Mark Twain, "Atrapa vientos favorables en tu velero. Explora. Sueña, Descubre".













lunes, 16 de noviembre de 2015

Reserva Punta Leona, Costa Rica

Exótica, Tropical y Paradisiaca. Tres adjetivos que se quedan cortos cuando se habla de esta zona de vida natural ubicada en la costa central de Puntarenas en Costa Rica; hogar de las aves tropicales más famosas y coloridas del mundo, las guacamayas escarlatas. Desde cualquier punto de esta reserva, cortejan el cielo y vuelan elegantes y libres de dos en dos (o en grupo), saliendo desde los manglares de Guacalillo, (donde duermen cada día) hasta el Parque Nacional Carara,  lugar al que llegan en busca de su alimento diario.  Desde los  Altos de Leona Mar las observamos volar diariamente. En su ir y venir hacen un perfecto contraste con el límpido azul del cielo, resaltando el rojo vivo de su plumaje, mezcla perfecta con el azul audaz y el brillante color amarillo de sus alas, parecieran un destello multicolor al desplazarse en el firmamento.   Espectaculares vistas de Playa Blanca y del imponente Océano Pacífico sumado a dramáticos atardeceres de intensas tonalidades naranja, hacen de cada viaje una estadía plena  colmada de momentos perfectos.  Es imposible dejar de mencionar las imponentes montañas que nos resguardan y que adornan con su impresionante altura la Costa Pacífica, ese verdor tan profundo que sólo posee mi tierra hermosa, permea los tenues rayos del sol poniente.
De exuberante naturaleza propia del Bosque Tropical Húmedo de Costa Rica, esta zona del país posee hermosas playas de arena blanca y mar esmeralda,  en donde también coexisten inteligentes monos cariblancos, monos araña, pizotes, iguanas, tucanes, entre muchos otros. Todos ellos son vitales para la conversación de nuestras selvas tropicales debido a la vida transicional que aquí se propicia entre las selvas del sur y noroeste. Una zona de bosque primario y secundario, refugio de incalculable vida silvestre y marina la hacen poseedora de los más ricos ecositemas del planeta donde muchas especies se reproducen y se alimentan.
Esta es la tierra que me vio nacer y crecer, que con orgullo represento y que me emociona cada vez que me encuentro frente a una de sus innumerables gemas.

  










domingo, 15 de noviembre de 2015

5,000 visitas!

En el 8ctavo Rooftop no solo se aprecia el Gran Area Metropolitana de San José, Costa Rica, sino también las estribaciones de la Cordillera Volcánica Central, el imponente Volcán Irazú y las impresionantes puestas de sol que emergen  del Valle de Santa Ana. Desde aquí, celebro las 5,000 visitas a mi blog De Placeres y más...Un sitio en donde no solamente recopilo y comparto datos sobre lugares interesantes que he visitado, sino que ha sido el canal que me ha permitido ir más allá de la narrativa en búsqueda de la quintaesencia: la inspiración.
Muchas gracias a todos los que han entrado una y otra vez al blog para apoyarme y leer un poquito de esos lugares tan maravillosos que he visitado y que se mantienen aún frescos en mi memoria. Espero continuar soltando las cuerdas de mi navío para navegar lejos de puerto seguro y atrapar vientos favorables hacia una vida más ligera...




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Petit Champlain, Québec

En el corazón del Québec antiguo, cerca de la muy auténtica "Escalier Casse-Cou" y al pie de la Côte de la Montagne  (61, Rue due Petit-Champlain), sobresale  una angosta calle de adoquines llamada Petit-Champlain (en honor al fundador de Québec, Samuel de Champlain) , misma que, colmada de coloridas boutiques y muy acogedores bistros, se ha convertido en una de las zonas más populares de esta ciudad sobre todo porque posee una impresionante arquitectura histórica; esta calle es además casa de museos, galerías y de tiendas de artesanías.  Desde este punto se puede tomar el funicular que conduce a la parte alta de la ciudad donde se encuentra la Terraza Dufferin y desde donde se levanta impresionante el Castillo de Frontenac - emblema de la ciudad -.
Este singular pasaje posee su propia personalidad, de sus tiendas cuelgan flores multicolores,  ventanas de madera talladas con corazones y detalles minúsculos, puertas de rojo brillante y bombillitas diminutas que al encenderse dan la impresión de haber salido de un cuento de hadas.  Banderas azules con la flor de lis (símbolo de la identidad francesa de esta provincia) ondulan orgullosas en muchos de los balcones de esta vía; detenerse y observar cada detalle que irrumpe a nuestro paso, es todo un placer.  Sorprendida veo  a lo lejos algunos quebequences vestidos a la usanza medieval. Mi mente vuela y tengo la sensación de encontrarme en alguna callecita de la Edad Media con civiles haciendo gala de su indumentaria, sobrevestas, plumas, capas y peyotes.
 El mural de la Calle Petit Champlain (estilo Trompe L'Oeil) adorna los exteriores de esta zona conmemorando los orígenes del distrito e ilustrando no sólo los bombardeos y eventos ocurridos aquí, sino que también cuenta a manera de relato gráfico, la vida de aquellos que construyeron con su trabajo, los inicios del distrito. Un hermoso fresco de incalculable valor y belleza, herencia para el mundo que ama el arte y la historia.
Esta es definitivamente una ciudad que mantiene su  pasado medieval intacto, la ciudad amurallada con impresionantes fortificaciones que aún prevalecen desafiantes y su principal Calle Du Champlain que con sus particulares frescos, artistas por doquier (sede de las artes circenses del Circo del Sol), hacen de éste un destino y un viaje sin precedentes.
 "La pintura es poesía muda, la poesía pintura ciega". Leonardo Da Vinci
 
 


 

domingo, 25 de octubre de 2015

Santuario Las Lajas, Ipiales

Cuando se es de un país relativamente chiquitico (alrededor de 51,100 km2), las distancias son prácticamente mínimas.  Un viaje a la playa se puede realizar en 45 minutos y a la frontera del país más cercano en 5 horas (sin tramitología de migración y las extensas filas), entonces los recorridos por tierra se sienten relativamente rápidos.  Por estas razones, siempre me hago la misma pregunta: cómo se me ocurrió que iba a poder soportar un viaje en autobús por 24 horas?
Emprendí uno de los trayectos más largos de mi vida cuando decidí salir desde Bogotá, Colombia hasta Quito, Ecuador por tierra. Sin saber lo que me esperaba, me aventuré a lo desconocido.
Después de un viaje agotador, finalmente llegué a Ipiales, una ciudad colombiana situada en el departamento de Nariño, 3 kilómetros de la frontera con Ecuador. La impresión al llegar fue definitivamente inesperada, un pueblo colombiano con acento ecuatoriano, un frío penetrante y una sensación singular por estar a 2,900 metros sobre el nivel del mar.  Nunca me hubiera imaginado la joya arquitectónica que iba a encontrar justo en medio de dos montañas.
El impresionante Santuario de Nuestra Señora del Rosario de las Lajas cambió radicalmente mi paso por Ipiales.  Un templo y basílica con estilo neogótico construido a inicios del siglo XX, perfectamente situado en medio de una belleza escénica natural en el cañón del río Guáitara. De todas las iglesias que he visitado, nunca una como ésta.  Ambas montañas se conectan por un puente de 20 metros de largo y 50 metros de alto que permite desplazarse con otros puntos del Santuario, conectándonos mágicamente con la naturaleza.  Los recorridos aledaños a la basílica permiten apreciar desde lejos todos aquellos ángulos que reafirman la impresionante pieza arquitectónica en medio de un cañón natural.  Sus jardines, el río y espacios de recreo, generan un ambiente solemne hacia la espiritualidad.
Este es un lugar imperdible y una parada obligatoria para los que cruzan la frontera colombo-ecuatoriana.  Un Santuario que pone a sus pies a muchos turistas, fieles religiosos y amantes de la arquitectura.
Para mi dicha, este no fue el final del viaje, la aventura apenas iniciaba...
Escrito por: Deborah Chavarría Acevedo








sábado, 17 de octubre de 2015

El arte de Botero, Antioquia

Medellín es sinónimo de flores, alumbrados navideños, horizontes de ladrillos y cúmulo de arte. Su centro histórico está plagado de reliquias de arte religioso,  teatros, catedrales y de vida cultural. Una ciudad en donde las protagonistas son las 23 piezas monumentales de bronce que descansan en la Plaza de las Esculturas de Fernando Botero (donadas por el artista al pueblo de Colombia y al mundo entero), testigos perennes del arte moderno de este gran escultor y pintor antioqueño. Sin lugar a dudas ellas son impresionantes y se levantan imponentes engalanando el entorno de la zona histórica.   Eva, Maternidad, Hombre a Caballo, La Mujer y El Romano se encuentran en un ambiente de arboledas centenarias y es indudable que son piezas únicas que plasman el estilo tan personal de Botero (como es el agrandamiento de los volúmenes), una estética que sin lugar a dudas refleja además la problemática social y humana de todos los tiempos. 
El Museo de Antioquia es también un referente urbano del centro de la ciudad de Medellín, ya que salvaguarda impresionantes colecciones de arte que se han convertido en riqueza y patrimonio de este lugar. Recorrer las salas del museo significa encontrarse con historia colonial, obras religiosas, y de héroes de la independencia; colecciones de pinturas así como esculturas de arte moderno y contemporáneo y por supuesto la Sala que reúne las más famosas obras temáticas de este virtuoso artista reconocidas mundialmente. De las más relevantes que me impresionaron menciono: Muerte de Pablo, Picnic, Circo, Masacre en Colombia, Pedrito, y Familia de Gordos entre muchas otras.
El Palacio de la Cultura Rafael Uribe es símbolo de la independencia de Antioquia; este peculiar edificio neoclásico y de diseño ajedrezado sobresale de las demás estructuras por su estilo de palacio ecléctico mismo que combina el florido con elementos art deco y barroco. Esta hermosa pieza arquitectónica puede apreciarse desde cualquier punto del parque aportando un plus al recorrido.
Así como la calidez del paisa, el arte del maestro Fernando Botero es universal y genuino, con un humor crítico que sobresale en el carácter del antioqueño y que se expresa en los lienzos del artista y en cada esquina de la ciudad.
Medellín evoca cordialidad, humor, simpatía y por supuesto genialidad y maestría con nombre propio.
"El arte es espiritual, un respiro inmaterial de las dificultades de la vida". Fernando Botero.













 

sábado, 26 de septiembre de 2015

Andrés Carne de Res, Chía, Colombia

En el pueblo sabanero de Chía sobresale este restaurante atípico del departamento de Cundinamarca en Colombia; lleno de detalles hermosos y de gran calidez, éste provoca sin duda  un verdadero golpe a los sentidos. Mucho antes de entrar al muy famoso museo gastronómico, nos encontramos con elementos tan creativos como esculturas de vacas que con gran actitud dan la bienvenida, anticipando el increíble encuentro que tendremos con el arte de la imaginación y los sabores singulares que se disfrutan aquí.  Incomparables objetos cargados de encanto e inventiva me maravillan e intrigan poderosamente. El restaurante, que según su dueño Andrés fue iluminado por el  solsticio de verano, goza de muchos ambientes, tiene mucha personalidad y definitivamente una historia que contar. Este lugar cautiva y al mismo tiempo  exige regresar, una y otra vez, por más carne a la parrilla y una porción adicional de creatividad.
Ambrosía de sabores y piezas estridentes se encuentran por doquier y se aúnan al paso para cautivarnos y alucinarnos en cuestión de minutos. Vistosas puertas de versos de año nuevo y de luna nueva, corazones carmesí (símbolo del lugar), querubines, campanas y luces multicolores exaltan aún más las emociones y te atrapan de inmediato provocando curiosidad  y admiración por este lugar tan único en su estilo.
Un menú extenso propio de la gastronomía colombiana (y argentina por sus inicios) se exhibe artísticamente, semejando más bien una revista de moda que una carta de platillos. La especialidad de la casa son las carnes a la parrilla (con su salsa beiby) pero también las arepas de chócolo, los patacones, el calentao y la bandeja paisa y muchas otras delicias de la pretenciosa cocina colombiana, mismas que son  introducidas por joviales meseros que poseen, entre otras atribuciones, un vasto conocimiento de todos los platillos del restaurante, servidos en bandejas muy típicas y mesas de madera rústica cada una con su nombre propio. Un inesperado show de cumpleaños o simplemente por el hecho de ofrecer un poco más de diversión, puede sorprendernos en cualquier momento.
El restaurante Andrés Carne de Res merece todos los elogios y las felicitaciones puesto que crear un negocio como éste no es cuestión de la suerte o el azar sino de mucho trabajo, tesón, constancia y por supuesto toneladas de creatividad. 
"Por ese entonces Chía era un pueblito sabanero muy bonito, considerado la despensa de Bogotá y la nevera de sus carnes, y los fines de semana los bogotanos iban de paseo a Chía a almorzar y a hacer sus mercados..." Andrés Jaramillo










domingo, 6 de septiembre de 2015

Un otoño con Sandy, Nueva York

No era el primer otoño que disfrutaba en la ciudad de Manhattan pero iba a ser claramente el que recordaría con especial mezcla de sentimientos. Generalmente planifico con mucha antelación cada viaje; sin embargo, con el correr del tiempo he aprendido a dejarme llevar por la libertad de quien regresa a observar y deleitarse de lo que la ciudad y su gente tiene para mostrarle.  Y es que ya no llego con la intención de recorrerla de prisa y sin sentido sino más bien con la humildad de que sea ella quien me sorprenda y cautive. 
El otoño es sin duda la temporada cuando la ciudad de Nueva York se impregna de una atmósfera particularmente especial; colores vibrantes imperan e impactan los sentidos sin soberbia o vanidad sino más bien con la sencillez del que muestra su creación de perfección y armonía. Y como un estallido de colores que danzan al unísono, veo por doquier el marrón y el rojo bermellón aunados al amarillo canario, el ocre, y el rojo ladrillo provocando una fusión única con el  protagonista de esta obra maestra: el naranja intenso.
Algunas veces se  llega en el momento y el lugar preciso para experimentar un momento perfecto así que no hubo que esforzarse mucho pues ese año en particular, el pico de otoño nos sorprendió con su magnificencia. Las hojas otoñales caían lánguidamente cubriendo como alfombra nuestro paso por el Parque Central; los árboles hacían gala de su belleza y lucían impresionantes colores que embriagaban mi alma de emociones fuertísimas.
La naturaleza es potente e impredecible. En un momento estás disfrutando de sus atributos y al minuto siguiente de su embate.  El viento y la lluvia golpeaban con tanta fuerza la ventana de la habitación que producía en nuestro estómago, un hueco de angustia e impotencia.  El color otoñal se disipó y en su lugar  una cortina grisácea y densa tomó irremediablemente  su sitio. Las horas transcurrían lentamente y con ellas llegó la noche. El huracán se adueñó de la ciudad causando estragos en las calles y avenidas que antes lucían vivaces y llenas de color. Imagino que estos son los riesgos que los viajeros afrontan, así que había que mostrar ante el mal tiempo, buena cara.
Una vez que logramos salir de la ciudad y del caos que dejó a su paso Sandy, nos encontramos tomando una ruta alterna que increíblemente nos llevó al aeropuerto localizado en el Pacífico norte de Costa Rica. Un salida sorpresiva que nos alivió y nos llenó de júbilo. Las horas volaron de regreso a casa. Imponentes volcanes nos recibieron desde las alturas, dándonos la bienvenida y recordándonos, una vez más, cuán hermoso es nuestro terruño.
Un otoño con Sandy plagado de contrastes, emociones e increíbles vivencias que nunca olvidaré. Un día de estos leí que viajar muchas veces te deja perpleja y sin palabras, pero con el tiempo te hace una cuenta cuentos de primera. Sonreí recordando esta singular experiencia.
El huracán Sandy fue el más mortífero huracán tropical de la temporada del 2012. Afectó poderosamente Haití, Cuba, República Dominicana, Jamaica, Bermudas, la Costa Este de los Estados Unidos y Canadá.