martes, 20 de marzo de 2018

Colombia y México - El Balance Final -

Hacer comparaciones entre ciudades ó países lo considero un poco injusto; pienso que cada lugar tiene su propia belleza y que eso es lo que se debe de resaltar.  Viví 1 año en Bogotá y otro en Ciudad de México, así que tuve la oportunidad de conocer a fondo tanto sus fortalezas como sus debilidades. Más que enfocarme en estos temas creo que transmitiré datos y percepciones de aquello que llamó mi atención y me inspiró a escribir (ya de vuelta en Costa Rica) sobre este balance final. En una ocasión leí que cuando uno ama, lo feo se hace bonito y lo lindo más luminoso; en efecto, adentrarme en cada cultura con el asombro de una niña provoca en mí una profunda curiosidad cada vez que recorro un espacio nuevo.
Como mi filosofía de vida es viajar ligero, tengo a mi favor que disfruto realizar largas caminatas; creo que es una manera fácil, saludable y económica de conocer y encontrar nuevos caminos. Una vez que me instalo en el lugar, indago algunas rutas factibles, pongo toda mi atención en la ruta y después de esto, simplemente sigo mi intuición. Por supuesto que en otras ocasiones el uso de automóvil y autobús han sido un recurso importante para llegar a sitios más lejanos. 
La capital bogotana sobresale con sus guardianes, los picos andinos y con su clima frío (siendo así la mayoría del año) la vestimenta del "rolo" (bogotano) es sin duda los abrigos y bufandas; creo que de igual manera repercute en su personalidad un tanto distante y retraído. Las calles empedradas de La Candelaria atraen constantemente mi atención, esas iglesias antiguas como la de San Francisco ó el muy afamado Santuario Nuestra Señora del Carmen, de estilo gótico, se levantan majestuosas por doquier;  casitas de colores impregnan luz y armonía a mi paso por la ciudad; me inspiran a contar todo lo que percibo, como sucedió una tarde ventosa y soleada en el Parque Usaquén.  Aquellos hermosos ladrillos característicos de casi todas las edificaciones bogotanas, le dan ese toque elegante - un tanto soberbio - y la caracterizan entre muchas otras ciudades latinoamericanas. Donde lo cosmopolita se encuentra con lo colonial; esta ciudad posee plétora de lugares con historia, parques increíbles como el de la 93, restaurantes, cafés y bares muy "trendy" como los que están ubicados en los alrededores a la Zona T. La Catedral de Zipaquirá, Monserrate, Anapoima en La Mesa Cundinamarca, las vistas que ofrece La Calera, son sin duda una de las tantas alternativas al deleite que ofrece Colombia.
Por otro lado, llegar a la Ciudad de México un soleado 7 de marzo y divisar desde las alturas jacarandas de tonalidades azul violeta, fue simplemente subyugante y amor a primera vista. La información previa que poseía era que la contaminación imperaba y que la impresionante cantidad de autos y ciudadanos solamente en la Ciudad de México, le restaban belleza a esta majestuosa ciudad. Cuán lejos de la realidad estaban. Un lugar plagado de historia, de edificios tan antiquísimos como el mismo país, de gente amable y dispuesta a colaborar de inmediato, callecitas empedradas por doquier y plagadas de detalles por descubrir y disfrutar, fueron  fehacientemente la tónica de esta estadía.  Definitivamente si hablamos de la capital, creo que recorrí incansablemente el Centro Histórico y sus alrededores, descubriendo uno y cientos de tesoros escondidos detrás de muros de piedra, iglesias, museos, y edificios comunes en su exterior mas no así en su interior, éste es el caso del Palacio de Comunicaciones ubicado sobre la famosa calle Tacuba, que posee una exquisita estructura metálica, esculturas y ornamentación en piedra alucinantes; nombrar cada uno es prácticamente imposible. Sin embargo, una de las zonas más cautivadoras es Polanco, un área al norte del Parque Chapultepec, que visitaba con frecuencia y cuya caminata daba inicio en el  Paseo de la Reforma - casi 2 horas de trayecto desde Santa Fe-; Polanquito ofrece excelentes opciones gastronómicas en un ambiente relajado y seguro. Así podría continuar mencionando lugares tan exóticos como mágicos como lo son las Pirámides de Teotihuacán y un viaje inolvidable en globo, el acueducto de los Arcos del Sitio en Tepotzotlán, Xochimilco con sus coloridas trajineras, Veracruz y el Parque Arrecifal Veracruzano más grande del Golfo de México, ó Acapulco con el increíble acantilado La Quebrada impresionante con sus 45 metros de altura; y sus más relevantes pueblos mágicos como lo son Guanajuato y San Miguel de Allende, localidades con grandes atributos simbólicos, de leyenda, cotidianidad e historia que emanan magia al dar vuelta en cada esquina.
Definitivamente México deja huellas profundas en mi vida; crecí, aprendí, viví, y conocí múltiples facetas de la cultura mexicana, su gente, su historia y su gastronomía; debería de compararlo con un día de verano lleno de color, luz y sensaciones cálidas. México expresó su singularidad conmigo, nos comunicamos y al final, nos entregamos sin reservas.
Este es sin duda alguna, el balance final de un viaje ligero.

Bogotá - 2016





















MEXICO - 2017