martes, 7 de febrero de 2017

B3 Virrey - Hotel con fachada verde

Mencionar un lugar de manera relevante o de preferencia que posea la ciudad de Bogotá sería muy injusto ya que esta metrópoli puede jactarse de tener en su haber, incontables zonas y espacios increíbles como lo son: el Cerro Montserrate, la Catedral de Sal de Zipaquirá, La Candelaria, Usaquén, Andrés Carne de Res en Chía,  el Parque Temático de Jaime Duque, La Calera, entre muchos otros (de casi todos he dedicado algún escrito en el blog) .Sin embargo, hoy quiero resaltar uno que llamó poderosamente mi atención cuando unas semanas atrás leí un artículo sobre un hotel que figuraba como el más ecológico de Bogotá; el Hotel B3 Virrey.  Sin dudarlo, decidí ir en su búsqueda. 
El día se mostraba inmaculado; una suave brisa soplaba y el cielo de un azul nítido impecable, auguraban un encuentro perfecto con este hotel que impresiona sobremanera sobre todo si se admira  desde el otro lado de la calle. De fachada altiva y exuberante, el B3 Virrey se encuentra en la Carrera 15, Calle 88-36, muy cerca de la famosa Zona T, la Calle 85 y el Centro Andino.  La extraordinaria fachada ecológica consume CO2 y produce aire limpio para toda la ciudad, además posee luces LED y recolecta las aguas de lluvia para el mantenimiento de su exterior y zonas verdes utilizando riego hidropónico. Detenta un efecto de aislante térmico que contribuye a reducir la demanda de aire acondicionado al interior del edificio, bajando a su vez la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero asociados con estos sistemas.
Sobre una vía muy transitada, este espacio le devuelve el frescor a una ciudad que necesita, cada día más, compensar su "huella de carbono".
"La Sostenibilidad es un acto permanente de conciencia, de sentido común".









lunes, 6 de febrero de 2017

Viajar Ligero

He tratado una miríada de ocasiones de escribir sobre este estilo de vida. Lo he pospuesto la misma cantidad de veces tal vez porque hablar de ello es contar un poco mi historia personal y esto no siempre, es cosa sencilla. 
Viajar ligero es sin duda una de las maneras más sencillas, saludables e inteligentes de vivir la vida y es; sin embargo, todo un proceso, un reto y una gran responsabilidad. No significa para nada ser irresponsables o no trabajar, está más bien asociado con tomarse las cosas con más calma y fluir ante las situaciones cotidianas tal cual se van presentando.  Es preocuparse menos y sorprenderse más cuando se miran de frente las grandezas de la vida...tiene que ver con confiar, con agradecimiento y con amor; es dejarse llevar y agudizar tus instintos, creatividad e imaginación. Es admirarse por todo y en todo, por pequeño o insignificante que parezca.  Es sencillamente viajar con menos equipaje.
Esto de viajar ligero es todo un proceso; para que se instale en tu vida y sea un estilo de vida, hay que experimentar ciertos desapegos, a fin de volvernos seres humanos más agradecidos y menos complicados y estresados. Ahora entiendo que viajar no significa necesariamente gastar cantidades exorbitantes de dinero en hoteles, restaurantes o compras sin medida. Existen mil formas más austeras de viajar, y todavía así disfrutar de los encantos que cada ciudad posee. Es caminar, tomar un bus, hacer amigos en el camino, probar su cocina local, disfrutar de un cielo despejado, de un día lluvioso, del viento, del mar; simplemente está en la actitud y en la disposición de disfrutar todas las opciones que la vida ofrece, aunque éstas sean un tanto ignotas.
Viajar ligero es ser agradecidos, con la vida, con las oportunidades, con las personas que nos reciben en una ciudad extraña y nos brindan un techo cálido, un alimento, un abrazo. Viajar ligero no siempre significa tomar un avión hacia una tierra inhóspita. Viajar ligero es sencillamente, vivir feliz. Es trascender.
Estas fotografías y mis viajes del último tiempo, son el resultado de un viaje liviano que continúa sorprendiéndome y al mismo tiempo enseñándome que caerse de la rama no nos hace más débiles, sino más resistentes. 
"A veces resuena en mi oído el vibrar de mil instrumentos, y a veces son voces, que, si he despertado tras un largo sueño, de nuevo me harán dormir". T.Wolfe