miércoles, 4 de noviembre de 2015

Petit Champlain, Québec

En el corazón del Québec antiguo, cerca de la muy auténtica "Escalier Casse-Cou" y al pie de la Côte de la Montagne  (61, Rue due Petit-Champlain), sobresale  una angosta calle de adoquines llamada Petit-Champlain (en honor al fundador de Québec, Samuel de Champlain) , misma que, colmada de coloridas boutiques y muy acogedores bistros, se ha convertido en una de las zonas más populares de esta ciudad sobre todo porque posee una impresionante arquitectura histórica; esta calle es además casa de museos, galerías y de tiendas de artesanías.  Desde este punto se puede tomar el funicular que conduce a la parte alta de la ciudad donde se encuentra la Terraza Dufferin y desde donde se levanta impresionante el Castillo de Frontenac - emblema de la ciudad -.
Este singular pasaje posee su propia personalidad, de sus tiendas cuelgan flores multicolores,  ventanas de madera talladas con corazones y detalles minúsculos, puertas de rojo brillante y bombillitas diminutas que al encenderse dan la impresión de haber salido de un cuento de hadas.  Banderas azules con la flor de lis (símbolo de la identidad francesa de esta provincia) ondulan orgullosas en muchos de los balcones de esta vía; detenerse y observar cada detalle que irrumpe a nuestro paso, es todo un placer.  Sorprendida veo  a lo lejos algunos quebequences vestidos a la usanza medieval. Mi mente vuela y tengo la sensación de encontrarme en alguna callecita de la Edad Media con civiles haciendo gala de su indumentaria, sobrevestas, plumas, capas y peyotes.
 El mural de la Calle Petit Champlain (estilo Trompe L'Oeil) adorna los exteriores de esta zona conmemorando los orígenes del distrito e ilustrando no sólo los bombardeos y eventos ocurridos aquí, sino que también cuenta a manera de relato gráfico, la vida de aquellos que construyeron con su trabajo, los inicios del distrito. Un hermoso fresco de incalculable valor y belleza, herencia para el mundo que ama el arte y la historia.
Esta es definitivamente una ciudad que mantiene su  pasado medieval intacto, la ciudad amurallada con impresionantes fortificaciones que aún prevalecen desafiantes y su principal Calle Du Champlain que con sus particulares frescos, artistas por doquier (sede de las artes circenses del Circo del Sol), hacen de éste un destino y un viaje sin precedentes.
 "La pintura es poesía muda, la poesía pintura ciega". Leonardo Da Vinci
 
 


 

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