domingo, 23 de agosto de 2015

El Espacio Gaudi - Barcelona

Se suponía que ese día haríamos un recorrido ligero por la ciudad de Barcelona; abordamos el bus turístico en la Plaza de Catalunya una cálida mañana de junio y repentinamente bajamos en el Paseo de Gracia para adentrarnos en el desconocido mundo de Antonio Gaudí. La conexión fue inmediata y el interés por apreciar cada uno de los detalles expuestos en este museo, sin precedentes. Ahora entiendo lo que me atrajo de las obras de Gaudí; ellas son indómitas y poseen una influencia divergente como su mismo creador.  Y es que la anatomía orgánica de la arquitectura gaudiana tiene su sello en este impresionante lugar lleno de movimiento, creatividad y  figuras matemáticas.
El Espacio Gaudí no es la excepción. Uno de los lugares con más carácter de este edificio modernista es la buhardilla, donde se expone su obra mediante maquetas, planos, diseños y fotografías que nos ayudan a entender un poco más la intención detrás de las creaciones de este talentoso artista. Ubicado en la parte más alta de la Casa Milá (debido a que era el lugar de lavandería y donde se hospedaba el servicio), tenía la cualidad de poseer excelente ventilación e iluminación (entendible pues era parte del concepto de Gaudí de llevar la naturaleza al edificio).
Ya para este momento, es imposible realizar una visita breve. Es imperioso quedarse un tiempo mayor para fotografiar con el lente ocular y tatuar en la memoria detalles jamás vistos y así poder elaborar una síntesis de su arte y oficio.
Su singularidad y valor artístico quedan ampliamente acreditados al pisar este espacio tan especial.  Formado de 270 arcos catenarios (curva que describe una cadena suspendida por sus extremos), de ladrillo plano que crean una estructura similar a la de un esqueleto.  Ejemplos de los modelos construidos por el artista para explorar sus famosos diseños orgánicos y otras innovaciones realizadas por el arquitecto catalán, se exponen aquí (como los increíbles modelos de cadenas colgantes colocadas de manera invertida).
Barcelona es una ciudad inquieta, llena de lugares emblemáticos, de vida cultural y de arte. Barcelona es mar Mediterráneo, y es Antonio Gaudí.
"En efecto, podemos ver torres que transforman la piedra en representaciones vegetales, divinidades y figuras míticas que salen de la materia pero no conseguimos descubrir su real significado ni el mensaje que nos quiso transmitir. Su arquitectura se convierte en una especie de bosque en el que es fácil entrar pero que rápidamente se pierde el camino a seguir."




domingo, 9 de agosto de 2015

Casco Antiguo, Ciudad de Panamá


Cargado de gemas históricas, calles y portillos de valor y belleza incalculable, el Casco Antiguo es sin duda una de las principales atracciones que tiene Panamá en su haber.  Esta zona está ubicada en una pequeña península reticular y con el tiempo ha ido evolucionando hacia la recuperación (por decreto de Gobierno) de sus edificios siempre  manteniendo sus fachadas intactas.  Recorrer el Casco Antiguo y deleitarse con sus iglesias, parques, y hermosas edificaciones muy blancas y otras discretamente pintadas en tonos pastel y techos color ocre, le dan definitivamente un toque singular y muy artístico.
Uno de los detalles que más disfruto de esta zona son sus contrastes; imperan hermosas casas restauradas y luego se puede pasar justo al lado de edificios gastados por el tiempo y repentinamente encontrarse restaurantes modernos, bares bohemios, y un ambiente vibrante y ecléctico muy propio de este distrito.
La historia se percibe al doblar en cada esquina; toparse con iglesias antiquísimas como la de San Francisco y la de San José es muy común en este sitio. La primera por haber mutado en más de una ocasión, de iglesia a claustro, y luego a hospital, hasta convertirse en la espléndida iglesia de alto campanario, cúpula y cruz que hoy conocemos. Testigo de acontecimientos políticos, (según dice la historia, aquí se elaboró la primera Constitución Política de Panamá) y un sinfín de eventos más. La Iglesia de San José con su Altar de Oro y de estilo barroco, es uno de los tesoros más majestuosos que tiene esta ciudad (a pesar de que no es de oro puro sino de madera de caoba recubierta con pan de oro) y testigo del último saqueo del pirata Morgan en el siglo XVII.
No podía dejar de mencionar el Palacio de las Garzas (Palacio Presidencial) puesto que no sólo es la Casa de Gobierno y residencia del presidente, sino que en este edificio de hermosa arquitectura, habitan y caminan libremente unas garzas coquetas motivo de curiosidad de todos los que visitamos el palacio por vez primera.
Sin duda alguna el Casco Antiguo de Panamá es uno de mis lugares preferidos y un sitio donde se combina lo clásico y lo actual con lo bohemio.
"Despierta el barrio con alegría. Está toda la gente mía gozando de lo mejor...y al compás de los tambores, de los muchachos en la esquina, oigo un sonero cantado..." Rubén Blades.