domingo, 28 de julio de 2013

Gaudí...un genio que aún prevalece.

















El nombre del arquitecto catalán Antonio Gaudí me era totalmente desconocido hasta que visité la peculiar y encantadora ciudad de Barcelona. Sus obras: La Pedrera (Patrimonio Mundial Unesco),  el Parque Guell, Casa Batlló y la muy afamada Sagrada Familia, son en mi opinión, muestra y motivo para llamarlo el genio de la arquitectura de la Barcelona modernista.  El observar detenidamente cada una de estas obras arquitectónicas, ejemplo de una innegable capacidad imaginativa y de improvisación, provoca irremediablemente profundizar en el mundo artístico y vanguardista del artista Gaudí.
He analizado detenidamente sus cuatro obras principales en busca de alguna preferencia basada en belleza, dificultad, tamaño, estilo, o color; sin embargo,  he llegado a la conclusión de que esto es imposible. Todas tienen características que las hacen únicas e irrepetibles, prueba de su increíble intuición y capacidad creativa -como la utilización del "trencadís" en sus obras- (uso de piezas de cerámica de desecho). Esto quiere decir que toda creación debe de estudiarse y admirarse en solitario, observando  cada singular detalle puesto que ninguno fue pensado al azar o por mera casualidad.  El trabajo artesanal que utilizó en sus imponentes piezas artísticas eran dominadas a la perfección (cerámica, vidrio, hierro, etc.), marcando absolutamente todas sus obras con un sello personal imposible de repetir. Estamos entonces delante de un artista que trascendió fronteras y de un hombre que adelantándose a su época, fue fiel a sí mismo y a su amor por la arquitectura, la naturaleza, y Dios.
"La belleza es el resplandor de la verdad, y como que el arte es belleza, sin verdad no hay arte". Antonio Gaudí


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