martes, 8 de agosto de 2023

Hogar es donde está tu corazón


 He vivido en diversos hogares a lo largo de mi vida, a ellos llegué con grandes expectativas, con miedo algunas veces y muchas otras con mucha alegría.

Al cumplir 17 años llegué a una casa vacía, provista solamente de una mesa de madera y cuatro sillas, 3 camas y un amplio jardín frontal con unas escaleras que conducían a la entrada principal de la casa. Recuerdo que sentía nostalgia de mi casa, de mi país y de todo lo que rememoraba como familiar y querido. Así como la casa estaba vacía , ella misma parecía carecer de corazón, de luz, de magia. Mi corazón nunca conectó con ella.

Aquel frío apartamento de la calle Salitre era pequeño y la luz entraba tímidamente por la amplia sala de la casa; era un hogar ajeno y yo llegué para pasar una corta temporada la cual se extendió por más tiempo. Aprendí a disfrutar cada espacio de la casa muy a pesar de que el frío se colaba en los rincones de ella haciéndola poco acogedora; creo que por ello esas cuatro paredes no lograron calar profundamente en mi corazón para considerarlo mi hogar. 

La gran metrópoli náhuatl es per sé un cálido y armonioso hogar y no tengo duda alguna que esa fue la razón por la cual fue mi casa y refugio durante todo el tiempo que estuve cobijada por su cielo y sus 280 atardeceres (contados con precisión y fotografiados en su gran mayoría.)  Muchas conversaciones afables, risas y aprendizajes se formaron bajo este techo; hoy lo recuerdo como un hogar cálido y seguro  lejos de mi país.

Desde mi ventana observaba la solitaria y apacible calle de “Dent Place”, los árboles repletos de hojas otoñales y la nieve que cayó ese año de manera prematura. El cálido apartamento poseía una pequeña chimenea que servía de refugio en aquellos gélidos días de invierno y me sentaba delante de ella por largas horas. Un lugar acogedor que me hizo sentir en casa y un tiempo que disfruté plenamente. No le di el tiempo suficiente para ganar el título de hogar.

Pero hay un lugar en mi memoria,  un espacio en el tiempo que construí con amor y con corazón del bueno, una casa que al entrar se percibía cómoda, acogedora, con olor a vainilla, a madera fresca…eras mi hogar, mi lugar seguro. 










1. 306 Furches St., Raleigh, N.C.- 1980
2. Gran Reserva Rioja, Salitre, Bogotá, Colombia -2015
3. Sendero Santa Fe, Ciudad de México - 2017
4. Dent Place, Georgetown, W.D.C. - 2018
5. Collados del Este, Lourdes M.O.- Costa Rica- 2012


 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario