viernes, 5 de junio de 2015

Puertas

"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna". William Blake
Cuando se viaja, sin importar el destino, las estrellas se alinean y las estrechas rendijas de nuestra caverna se amplían. Existe una magia que te transporta no solo a lugares increíbles sino a mundos mágicos, mundos transformadores.  Al presenciar nuevas culturas y personas de ambientes totalmente opuestos, esto te saca irremediablemente de tu zona de confort. 
Los viajeros que suelen adentrarse a lugares inhóspitos e impredecibles, puede que tengan historias impresionantes que contar; sin embargo, mi teoría y mi vivencia personal es que sin importar el destino, la magia de abrir la puerta hacia lo nuevo,  hacia lo desconocido, siempre te transformará. No se regresa siendo la misma persona ya que las nuevas experiencias tienen ese efecto renovador.
No me había percatado de la fascinación que tengo hacia estos portillos hasta que realicé cuántas había fotografiado al visitar cualquier sitio; probablemente porque siempre buscaba una para imaginar lo que habría detrás de ellas: celebraciones, charlas alrededor de una mesa, risas, llanto, romance - en fin- vidas inusuales como la mía. 
Puertas que te conducen hacia inescrutables historias donde dejas tu marca infinita cuando detrás de ellas te conviertes en narrador de relatos sin límite. 
Estas se abren ante mi mostrando sus polifacéticos espectros, multicolores y enriquecidas de colores intensos, de madera maciza, altas, soberbias, antiquísimas, divertidas o intrigantes, pero siempre contando alguna diégesis.  Puertas que deben abrirse a mundos nuevos de cambio. Puertas que siempre deben estar perennes para permitir que todos los hombres las conquisten. Accederlas es nuestro reto.

















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