Perfección tallada en piedra. Esto es la Catedral de Sal de Zipaquirá ubicada en el Departamento de Cundinamarca, y a tan sólo 48 kms de la ciudad de Bogotá. Una monumental pieza arquitectónica tallada por manos de mineros y de escultores nacionales, misma convertida en un templo de luz y magnificencia.
Al entrar a esta impresionante mina de sal, lo primero que se percibe es el olor mineral y la oscuridad absoluta que de repente se ve interrumpida por una luz fulgurante y multicolor que se abre paso e ilumina las paredes de la Catedral.
Recorrimos el lugar conducidas de manera muy acertada por una guía que fue explicando, paso a paso, los orígenes de la catedral así como de cada nave y escultura dentro de la misma. Este tour tarda alrededor de una hora, tiempo después del cual el turista puede quedarse dentro de la catedral ya sea para comprar "souvenirs" del lugar o apreciar el show de luces que ofrecen en una de sus salas. Creo que lo que más me impresionó fue la roca tallada y los portentosos túneles que acogen las estaciones del Vía Crucis, mostrando de manera exquisita las esculturas de La Piedad, La Sagrada Familia, la Cruz del Hártex y el Angel Guardián.
La Catedral de Sal fue declarada Primera Maravilla de Colombia en el año 2007.
"Pero la mina me agarra tan fuerte que no lo siento, me habla tan alto que apenas escucho el silencio..." Jorge del Nozal
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