Una de las cosas que más disfruto en la vida es contar historias, compartir percepciones de lugares y espacios únicos que he conocido a lo largo de mi vida. Este último tiempo ha sido básicamente de transmitir sensaciones y experiencias de un viaje ligero; un 2017 plagado de contrastes y vivencias extremas. He vivido un cambio de país, un huracán y dos potentes terremotos; sin embargo, lo más relevante es que he tenido la oportunidad de compartir un tiempo exclusivo con una cultura tan cálida y humana como ancestral. He caminado y escudriñado muchos de sus rincones y lo he podido hacer inmersa en sus costumbres y tradiciones. Color en sus pueblos mágicos, olores y sabores intensos, muros y puertas coloniales, plazas y calles empedradas, danzas y cantos antiguos, en fin, una gama completísima de historia y cultura que me ha enriquecido y ha calado profundamente en mí.
Dejo aquí plasmadas, con un sello muy personal, algunas de las fotografías más representativas de este viaje ligero.
"Solo con el corazón se puede ver lo que es esencial. El Principito"
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