16 restaurantes se reunieron nuevamente en el Barrio Escalante de la ciudad de San José para cambiar la rutina diaria y compartir con miles de asiduos y noveles comensales concentrados en la calle 33, un menú reducido pero exquisitamente elaborado. Un recorrido sin precedentes en la ciudad y a la vez muy necesario el cual nos permitió disfrutar además de un día lleno de arte, luz, cultura y buena música. Un barrio de origen residencial pero que hoy en día es más bien reconocido por su carácter gastronómico y cultural, ha cobrado gran fuerza proyectándose no solo como una zona de restaurantes donde se comparten buenos momentos en familia y con amigos, sino que propicia espacios como el "Paseo Gastronómico La Luz" para realizar acontecimientos en plena calle con un corte más bien comunitario. Una muestra de ello fue la idea de tomarse también el Parque Francia y así montar un área de "picnic" y camiones de comida ambulantes (food trucks) con mesitas y sillas algunas elaboradas con llantas de automóvil, que agregaron valor al evento no sólo por su comodidad sino por su gran creatividad.
Tan pronto inicié el recorrido gastronómico en la esquina donde se encontraba la antigua Pulpería La Luz, percibí buenas vibras y evocación de texturas, colores y sabores que se agolparon al unísono provocando sensaciones de placer y bienestar únicas. Conversaciones afables aunadas a vibrantes voces y melodías musicales, contagiaron de alegría diferentes generaciones de costarricenses que se agolparon a lo largo de la vía para experimentar extremos gastronómicos del Mediterráneo y sabores tanto de Tiquicia, como de Argentina, Perú y el Caribe entre otros.
El paseo se despidió con mucha luz y con el deseo de preservarlo en el alma hasta su próxima edición. Si bien la cultura es entretenimiento que genera empleo y que posee gran importancia económica, ella tiene el poder transformador que nos integra y nos convierte en una mejor sociedad.
"La cocina es arte y alquimia de amor". Guy de MaupassantTan pronto inicié el recorrido gastronómico en la esquina donde se encontraba la antigua Pulpería La Luz, percibí buenas vibras y evocación de texturas, colores y sabores que se agolparon al unísono provocando sensaciones de placer y bienestar únicas. Conversaciones afables aunadas a vibrantes voces y melodías musicales, contagiaron de alegría diferentes generaciones de costarricenses que se agolparon a lo largo de la vía para experimentar extremos gastronómicos del Mediterráneo y sabores tanto de Tiquicia, como de Argentina, Perú y el Caribe entre otros.
El paseo se despidió con mucha luz y con el deseo de preservarlo en el alma hasta su próxima edición. Si bien la cultura es entretenimiento que genera empleo y que posee gran importancia económica, ella tiene el poder transformador que nos integra y nos convierte en una mejor sociedad.
(1 fotografía propiedad de La Nación, 1 del Paseo Gastronómico La Luz)
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