viernes, 4 de julio de 2025

El Portón Rojo


 “Recordé que el mundo real era amplio y que, en un campo variado, de esperanzas y temores, de sensaciones y situaciones, esperaba a aquellos que tenían el valor de aventurarse en su extensión para buscar un conocimiento real de la vida en medio de sus peligros”.  Jane Eyre (Charlotte Brontë)

El frío y la inminente lluvia provocaron en mí sensaciones nuevas de juventud y de libertad adormecidas; se agolparon repentinamente emociones que creí olvidadas pero que seguían vivas en cada fibra de mi piel..  

Desde la ventana del automóvil pude reconocer cada espacio, cada curva daba paso a un paisaje muy verde y colorido -típico de la zona de Tarbaca- renovando con alegría y excitación lo que para mí estaba a punto de tornarse en aventura.

En cada viaje, trato de observarlo todo con asombro para no perder ese sentido de la curiosodad y para dejarme sorprender por todo lo que me regala la vida. De pronto lo vi, un portón rojo de madera de esos que aún colocan en algunas fincas; de inmediato supe  que tenía delante de mí una fotografía única. 

La lluvia cayó estrepitosamente mojando todo a nuestro alrededor, mis sentimientos de felicidad se exacerbaron aún más causando al mismo tiempo una nostalgia profunda de quien ha vivido  la mocedad y un tiempo irrepetible.

El aguacero no mermó, de regreso a casa pedí detener el carro para mirar de cerca el hermoso portal colorado. Muy complacientes detuvieron el auto y corriendo bajo la lluvia - como lo hacíamos de niñas - emprendimos la infantil aventura. 

Empaparse  y corretear bajo el agua, libera, rejuvenece el alma (tal vez sólo la mía) y te reconecta con la niña o el niño interior que vive en todos nosotros. 






viernes, 11 de abril de 2025

Bonnie Bonilla

Su nombre es Bonnie y vive en una hermosa finca en las cálidas llanuras de Guanacaste en compañía de sus amigos  Paco, Robotin, Luleta, Max, Pomposo, Sammy y Floty. 


Desde nuestro primer encuentro, ella no sólo llamó mi atención sino que se ganó mi cariño. Cada mañana nos despertaba en silencio con su cálida mirada y su atenta presencia desde la puerta trasera de la cocina. 

No tiene (ni necesita) “pedigree” alguno, despide amor y nobleza con su sola presencia al acercarse tímidamente para intercambiar con nosotros conversaciones afables en hamacas que guindan bajo los árboles de Jícaro que se mueven por la brisa fresca decembrina.

Ella es la personaje canina preferida de Eva quien llega durante sus vacaciones; y es que esta niña en especial, sabe a ciencia cierta que Bonnie Bonilla es y será siempre el cálido recuerdo de sus viajes a la niñez.