sábado, 27 de junio de 2015

Península de Nicoya, Costa Rica

Bañada por el océano Pacífico, sus costas acogen playas hermosas, acantilados, cabos, islas, golfos, esteros e impresionantes ríos. Un lugar de densa vegetación tropical, montañas, y un clima cálido que se disfruta durante casi todo el año. Ella es la Península de Nicoya.
Esta extensa línea costera nos condujo a través de ensortijados árboles hasta el pueblo de Huacas, (muy al extremo sur de la península y de la famosa "ciudad folclórica" de Santa Cruz) donde se encuentra el Rancho Cartagena. Una casa vacacional construida estratégicamente en una empinada montaña con hermosa vista a la península permitiendo así que se diera la perfecta conexión y armonía que debe de coexistir entre el hombre y la naturaleza.
La Península de Nicoya goza de increíbles playas como lo son Conchal, Brasilito, Hermosa, Flamingo, y que están ubicadas en el Golfo de Papagayo y las del sector noroeste de la península como lo son Tamarindo, Grande y Sámara entre muchas otras.  Estas tan solo son una muestra de la belleza de las costas y litorales de Guanacaste.  Playas de fina y blanca arena como Conchal (su nombre denota por ser uno de los depósitos naturales de conchas de mar más desorbitada del país) o Tamarindo que con su arena marrón de al menos 2 kilómetros de largo, es tal vez una de las playas favoritas de surfistas y de inversionistas extranjeros que han construido aquí sus negocios y por supuesto sus vidas.
Lo insólito de esta zona es que por momentos no se sabe si la playa domina a la selva o la selva a la playa, ya que literalmente la naturaleza se descuelga sobre la arena y es muy usual escuchar (y muchas veces ver)  a los congos aullar agitándose entre las ramas de los increíblemente altos y frondosos árboles de la zona. El día se hace corto cuando hay tantos lugares que ver y disfrutar; parajes que atrapar y grabar en la memoria del corazón que todo lo recuerda. Lo bueno es que las distancias son cortas tanto que pueden recorrerse en poco tiempo, para así poder quedarse más tiempo, tirarse en la cálida arena, darse un chapuzón y cerrar el día acariciando un espectacular atardecer.  
Sin duda alguna no hay mejor lugar que tu país; no hay mejores playas que las que fabrica tu terruño y no hay mejor tierra que la que te vio nacer.




viernes, 5 de junio de 2015

Puertas

"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna". William Blake
Cuando se viaja, sin importar el destino, las estrellas se alinean y las estrechas rendijas de nuestra caverna se amplían. Existe una magia que te transporta no solo a lugares increíbles sino a mundos mágicos, mundos transformadores.  Al presenciar nuevas culturas y personas de ambientes totalmente opuestos, esto te saca irremediablemente de tu zona de confort. 
Los viajeros que suelen adentrarse a lugares inhóspitos e impredecibles, puede que tengan historias impresionantes que contar; sin embargo, mi teoría y mi vivencia personal es que sin importar el destino, la magia de abrir la puerta hacia lo nuevo,  hacia lo desconocido, siempre te transformará. No se regresa siendo la misma persona ya que las nuevas experiencias tienen ese efecto renovador.
No me había percatado de la fascinación que tengo hacia estos portillos hasta que realicé cuántas había fotografiado al visitar cualquier sitio; probablemente porque siempre buscaba una para imaginar lo que habría detrás de ellas: celebraciones, charlas alrededor de una mesa, risas, llanto, romance - en fin- vidas inusuales como la mía. 
Puertas que te conducen hacia inescrutables historias donde dejas tu marca infinita cuando detrás de ellas te conviertes en narrador de relatos sin límite. 
Estas se abren ante mi mostrando sus polifacéticos espectros, multicolores y enriquecidas de colores intensos, de madera maciza, altas, soberbias, antiquísimas, divertidas o intrigantes, pero siempre contando alguna diégesis.  Puertas que deben abrirse a mundos nuevos de cambio. Puertas que siempre deben estar perennes para permitir que todos los hombres las conquisten. Accederlas es nuestro reto.